lunes, 31 de enero de 2011
"EL ARTE COMO SISTEMA CULTURAL" Clifford Geertz
Este ensayo sobre la interpretación de las culturas trata el arte como sistema cultural. Sistema que habla de la sociedad, política, la economía, la ideología o la educación. Hablaremos del como un lenguaje con el que figurar nuestro situación actual. Un contexto histórico en el que cada sujeto expone su discurso en el que tratara temas personales, sociales…etc, del mundo que le rodea. El arte que hoy día se realiza no hará más que hablar de nuestra época.
Geertz nos plantea la cuestión de la que ya hemos hablado. ¿Qué es el arte?.
En un principio parece haber igualdad de pensamientos entre mi concepción del arte y la suya. Por ejemplo nos habla de todo lo que conlleva tratar sobre el arte donde parece existir un mundo propio, mas halla del alcance del discurso. En efecto, no solo es difícil hablar de él; también parece innecesario hacerlo. Habla como decimos, por si mimo; poniendo como ejemplo un poema: un poema no debe significar, sino simplemente existir. No necesitan de un lenguaje externo para ser definidas pues, la propia proposición artística es la definición de sí misma, al igual que cualquier proceso fenoménico, un manifiesto o las matemáticas.
El abismo del que nos habla, de lo que existente entre lo que hemos visto en la obra ( o lo que nos imaginamos que hemos visto) y los balbuceos que logramos pronunciar sobre ella son tan vastos que nuestras palabras parecen huecas, flatulentas o falsas. Señalando la doctrina que dice; una vez que el arte haya hablado «de lo que no se puede hablar, se debe guardar silencio».
Pero claro nadie guarda silencio, excepto algunos verdaderamente indiferentes. Por el contrario, la percepción de que hay algo importante en cada obra particular o en las artes en general impele a la gente a hablar (y a escribir) innecesariamente sobre éstas. Las cosas que tienen un sentido para nosotros, no pueden abandonarse, como si flotasen en la mera transcendencia, y por eso describimos, analizamos, comparamos, juzgamos y clasificamos; por eso construimos teorías acerca de la creatividad, la forma, la percepción, la función social; también por eso consideramos que el arte es un lenguaje, una estructura, un sistema, un acto, un símbolo, un modelo de sensaciones; finalmente, por eso empleamos metáforas científica, espirituales, tecnológicas, políticas; y si todo esto falla, encadenamos frases oscuras y esperamos que algún otro las esclarezca por nosotros.
Comparto con Geertz que el arte es un lenguaje, pero yo me atrevo a decir que supera y transciende todo lenguaje y que, mediante sus proposiciones, figura, muestra, comunica, una visión particular y siempre subjetivo frente a los fenómenos que ese sujeto percibe, los cuales siguen siendo totalmente subjetivos; de aquí que la realidad y la obra de arte se asemejen en que son eminentemente tautológicas, autoafirmativas, autoesclarecientes.
Se manifiesta así la inevitable subjetividad y el intento de categorizar o analizar como artístico toda proposición a tratar.
El autor nos plantea con diferentes ejemplos la diversificación de significados que tiene el concepto del arte en el resto del mundo. Cada zona del mundo tendrá un significado totalmente distinto sobre lo que significa cada cosa. Con esto nos muestra que no hay una única visión del arte. No es lo mismo el significado que tiene un azteca de su arte con el que tiene un chino. Pero vuelvo a repetir que cada sujeto tiene una visión particular y siempre subjetiva frente a los fenómenos que ese sujeto percibe, los cuales siguen siendo totalmente subjetivos.
¿Tienen las proposiciones artísticas algún significado? Sin duda que si. ¿Se puede llegar a conocer tal significado con total certeza de que se conoce? Sin duda que no. ¿Porqué? Porque el objeto, en este caso una proposición artística (y esto es fundamentalmente un problema epistemológico) sólo se forma con total plenitud cuando un otro la observa y la finaliza (si no la fabrica) en su conciencia, con lo cual el enunciado, que se caracteriza por su apertura y su “vacio-creativo”, ofrece al otro la posibilidad de numerosas lecturas y asociaciones entre los elementos mostrados generando significados netamente distintos unos de otros, dependiendo de esos “otros” (esos otros contempladores activos que perciben el enunciado).
¿Qué tiene entonces de concreto, de visible el enunciado, la proposición? Nada y todo: Nada porque como objeto que figura un fenómeno no lo hace patente, se queda en precisamente eso, una figuración; una figuración que queda en manos de un otro que definitivamente la forma, por tanto no tiene nada de concreto. Y todo por un sencillo y muy particular motivo, ya antes mencionado: El enunciado se enuncia a sí mismo y se define por sí mismo, de aquí que el enunciado de por sí y como tal, sea una perenne tautología.
El anteriormente mencionado “vacio-creativo” es ese espacio que queda, por decirlo de una manera clara, para que ese sujeto, el otro, la finalice, pues él está igualmente inmerso en esa red de relaciones que hace que dirija los elementos que percibe en su conciencia hacia un significado u otro. No es de esta manera, y cuento con el grave riesgo de que se me mal interprete, pero así podría decirse: La proposición da pistas, y el observador halla. Pero insisto, no es tal el proceso, el cual es mucho mas complejo a nivel onto-epistemológico.
“DIDÁCTICA DE LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA” Ricardo Marín
Ricardo Marín nos habla sobre el dibujo a lo largo de la historia, debido a cambios y transformaciones que se ha producido en el mundo del arte, de la educación y de la sociedad en general.
La enseñanza del dibujo se implantó en el currículo escolar al mismo tiempo que se organizaron y generalizaron los sistemas educativos durante la primera mitad del siglo XIX.
La construcción de cualquier objeto o imagen es el resultado de un arduo y elaborado aprendizaje, y en la mayoría de los casos de una enseñanza sistemática. El sentido, los significados y el valor que adquiera la imagen viene determinado por normas, a veces complejas, que han depurado cada tradición o contexto cultural.
En la antigüedad según los filósofos griegos Platón y Aristóteles el dibujo por ser útil para la vida por sus múltiples aplicaciones. Se decía que la función de utilidad y belleza, acompañan desde entonces la enseñanza del dibujo.
En la Edad media de la mano de artesanos sin una escuela especializada, se procedía al aprendizaje de la artesanía desde el lugar de trabajo, el propio taller.
Las academias del renacimiento al romanticismo nos encontramos con manuales y tratados siguiendo los métodos de otros para la formación del artista. El dibujo imita la naturaleza y busca la belleza.
Durante la primera mitad del siglo XIX el dibujo se presenta como materia escolar planteando un nuevo problema educativo para el conjunto de la población. Una adaptación y simplificación de los métodos de formación del artista para uso escolar. El dibujo se especializa en artístico y técnico. Y en la copia de láminas. En la segunda mitad del siglo XIX, se descubrió un desarrollo espectacular de métodos y manuales de dibujo, todos ellos basados en la copia de láminas.
El siglo XX habla del descubrimiento infantil. Surgen las primeras orientaciones contrapuestas en torno a la educación artística: aprendizaje del dibujo, desarrollo espontáneo y natural de la evolución creadora, formación del buen gusto. Los niños y niñas ya no cometían errores por realizar sus garabatos, desproporciones, esquemas característicos pasando a ser una manifestación genuina y propia que tiene la infancia de comprender el mundo. Gracias a las investigaciones de la psicología evolutiva y de los movimientos artísticos de vanguardia.
La segunda mitad del siglo XX se desarrollan diferentes enfoques de educación artística como; autoexpresión creativa, educación visual, enfoque disciplinar, cultura visual.
La autoexpresión creativa se centró en la persona, la persona que se estaba formando. Valorando la capacidad propia del individuo para su pleno desarrollo como persona; potenciando su sensibilidad, sus capacidades creativas, sus posibilidades expresivas y comunicativas, la seguridad en si mismos y en su forma personal y única de comprender el mundo, su equilibrio y pleno desarrollo logrando poner lo mejor de sí mismos en las tareas que están llevando a cabo.
La educación artística no debía proponerse que todas las personas aprendieran a hacer arte sino, más bien al contrario, que a través del arte se aprendiera a ser una persona.
Si centramos nuestra atención en el productor de arte nos ocuparíamos primordialmente de hacer objetos hermosos, más que de los efectos de esta elaboración sobre los niños. La educación artística, por lo tanto, está relacionada principalmente con el efecto de ese proceso sobre el individuo, mientras llamadas “bellas artes” están más vinculadas con los productores resultantes.
Las artes son artes a secas. Desde mi punto de vista creo que la educación artística hoy día sigue estando pedagógica y metodológicamente más anticuada de lo que parece aparentar. Por poner un ejemplo haciendo un inciso, me gustaría hablar sobre la facultad de bellas artes de Sevilla. Bien estoy hablando del año 2011. Hasta la fecha se ha conservado el mismo plan de estudios, hablamos de un plan de estudios del 1980. Toda la programación de los estudios está completamente desfasada quedando en la marginación todo el estudio en profundidad del arte contemporáneo. La mayoría de asignaturas enseñan solamente técnicas artísticas del pasado con una metodología academicista. Son solo algunos profesores y asignaturas dejan ver a través del agujero el mundo que les espera a la mayoría de estos alumnos. Es nulo el intento por hacer que el alumno piense por si solo sin el uso de algún referente. El nivel creativo que hay actualmente, (si se puede valorar) es semejante al de un curso de manualidades para pensionistas. Hablamos de asignaturas totalmente desfasadas que solo perduran por algún interés que no voy a tratar. La combinación perfecta seria un método de enseñanza en el cual se aprendiese un nivel de conocimiento técnico como el que se puede aprender en Sevilla, y esto ya lo tenemos, pero nos falta esa parte pedagógica que estimule todo el potencial creativo dando una formación en la que se planteé enseñar a descubrir y a buscar respuestas, y que la mejor preparación para crear sea la creación misma. Los centros en general debe de haber una libertad de creación de centros escolares. Y que las escuelas tienen que ser autónomas, lo que va a parar en la autogestión de los que trabajan allí. Y además debería haber tantas escuelas libres como fuera posible que superarán el carácter de la escuela privada y presentarán una oferta abundante de posibilidades de formación. Porque así se avanzaría hacia una liberación del espíritu, en toda la vida cultural, de la presión que ejercen sobre el él Estado y los intereses económicos con poder político.
El proceso como desarrollo personal que las actividades artísticas propician: plena identificación con la tarea que se está llevando a cabo, intensificación de las emociones y sentimientos, descubrimiento creativo del mundo y de sí mismo.
Dos acontecimientos institucionales de gran importancia para la Educación Artística surgen en la década de 1950. En el 1951 la UNESCO organiza un seminario artístico acabando por fundar la Sociedad Internacional de Educación a través del Arte (INSEA). En 1955 la UNESCO aprueba las recomendaciones relativas a la enseñanza artística en las escuelas primarias y secundarias y a la libre expresión como el método mas adecuado de enseñanza.
El lenguaje visual como modo de conocimiento que ya afirmó Rudolf Arheim diciendo que ‹‹ver es pensar››. Las artes visuales constituyen un lenguaje.
La percepción visual es un proceso cognitivo activo y complejo. Se trata de un pensamiento visual. Las consecuencias educativas de estas ideas son decisivas para la Educación Artística; crear cualquier tipo de imagen no tiene que ver únicamente con la expresión de sentimientos, sino que constituye una forma de pensamiento, de la importancia que tiene.
Los medios de comunicación visual y el fenómeno publicitario provocaron que las artes visuales se desarrollan en torno a una cultura visual de imágenes y códigos visuales que eran capaces de ser comprendidos en una eficacia comunicativa y poder persuasivo que hasta entonces parecían solo propios del lenguaje no verbal.
Nace asi un paralelismo entre lenguaje verbal y lengua visual.
sábado, 29 de enero de 2011
"EL ARTE DE ESTE FIN DE SIGLO" María del Corral
Con el título “Reflexiones sobre arte, cultura y tecnología” encontramos un apartado con el discurso de María del Corral “El arte de fin de siglo”.
Todo el recorrido que nos hace la autora abarca desde los años ochenta hasta la actualidad recorriendo todo el movimiento artístico y cultural en Estados Unidos y Europa.
La temática cultural se sirve de las implicaciones filosóficas de la tecnología del final del siglo XX, el capitalismo y la sociedad de consumo, el feminismo y el papel creciente que los medios de comunicación, facsímiles, duplicados y réplicas desempeñan en el entorno socio-cultural del momento.
Un arte que nos hablaba acerca de sus relaciones personales y de sus mundos personales. Un retorno a lo "figurable", una recuperación de todo lo que es posible representar mediante signos reconocibles o incluso abstractos.
En el contexto americano se instaura una nueva forma de pensar la realidad. Es la manipulación de las imágenes de la cultura de masas ocultando ideologías. El pueblo norte americano sufre el ataque de los mass-media, la estrategia llevada a cabo por el publicista, periodista e inventor de la teoría de relaciones públicas Edward Bernays (sobrino de Sigmund Freud), cuyo conocimiento e interés por estudiar la fuerza de la opinión pública le llevó a emplear la teoría del inconsciente que su tío había descubierto. Bernays empleó dicha teoría para introducir en el inconsciente de la sociedad una necesidad impulsiva por consumir objetos o elementos totalmente innecesarios, simplemente por un acto de placer.
Es instaurada así una nueva forma de pensar la realidad. Manipulando las imágenes de la cultura de masas ocultando ideologías. Norteamérica se centra en el sentido del arte en la era del consumo de los media, la representación en este arte. Una realidad que nosotros pretendemos introducir e imitar en nuestras propias vidas.
El arte es todavía capaz de producir un potente grupo de imágenes y narraciones que intentan representar la realidad. Incorporan en sus obras símbolos, eslóganes y estereotipos que proponen preguntas acerca del contexto social en el que palabras e imágenes actúan y nos manipulan.
Es por tanto el arte un lenguaje que nos habla de si mismo, autodefiniéndose y comunicando una visión particular y siempre subjetiva frente a los fenómenos que ese sujeto percibe, los cuales siguen siendo totalmente subjetivos; de aquí que la realidad y la obra de arte se asemejen en que son eminentemente tautológicas, autoafirmativas, autoesclarecientes, y que no necesitan de un lenguaje externo para ser definidas pues la propia proposición artística es la definición de sí misma.
Según María del Corral en el contexto europeo las obras de arte aluden a una tercera opinión, diferente del enfrentamiento equilibrado de emoción y razón, a un nuevo materialismo que cura la mente y el cuerpo divididos y que ve la mente y el espíritu como esenciales e indivisibles cualidades de la materia.
El uso de la fotografía y demás tecnologías sucumbieron un gran progreso como uso de nuevos lenguajes con los que contar.
Se apela a una necesaria objetividad, afirma asimismo la estabilidad de la forma cuadro, es decir, han recentrado (para entendernos) el trabajo fotográfico sobre la construcción de un "cuadro".
Post-modernidad estado intermedio de conciencia que constituye la transición entre el antiguo y nuevo modelo de realidad que estamos construyendo.
Para mí el término Post-moderno es la prueba fallida de haber intentado definir que es la modernidad.
Comienza aquí una lucha entre objeto y significado. Los artistas de los ochenta, creadores de “objetos postmodernos”, han tratado con gran desenvoltura e ironía el arte y la historia. Se trata de un nuevo modo de comprender el arte. Sus reflexiones no pretenden ser conocimientos sino actividades, formas de comportamiento, modos de la experiencia. Un tipo de pensamiento provisional que abrazaba la contradicción y evita toda racionalidad totalitaria.
La tecnología como una fuente de la que nacen nuevos sistemas con los que poder comunicar. Aparece así la imagen digital como nuevo método de representación de la realidad. Una nueva percepción de la realidad. Una realidad donde reina la incoherencia y el caos cultural. Con un sistema que o ideología general de pensamiento dominante y todo entredicho. Aparecen así nuevos cambios tecnológicos, políticos y sociales. Las nuevas tendencias sociales y científicas convergen en la formalización de una nueva concepción del yo, una nueva construcción de lo que significa ser un ser humano. Una nueva organización de la personalidad están en desarrollo.
Según Tony Cragg: “si queréis cambiar el mundo, cambiar la imagen del mundo”.
En los siglos XIX y XX surgieron dos grandes cuestiones. En el siglo XIX se cuestionó que era la belleza y en el XX que es el arte y quien es el artista. El arte del siglo XX está enmarañado de una compleja red de fuerzas dinámicas, realidades virtuales, globalización, saturación de los medios masivos, autopistas de la información, asilamiento social, representación digital.
¿Pero que está sucediendo con el arte del siglo XXI? ¿A dónde nos conduce?
Se trata de hacer un arte que tenga sentido en este nuevo contexto. Hablamos de un arte interdisciplinar, donde la obra de arte ya no está necesariamente ligada al objeto, las nuevas tecnologías nos han proporcionado nuevas formas de representación y apropiación. La obras se toman como reflexiones conceptuales; en este sentido, su apariencia visual adquiere, cada vez más frecuentemente, un sentido procesual y fragmentario.
El interés de volver a definir todo lo inmediato, lo que nos rodea, a partir de la propia experiencia, de la propia piel; la identidad frente al multiculturalismo; la innecesaridad de trabajar en un solo medio; la opción de cambiar de acuerdo con el proyecto que se tiene entre manos, multiplicando así las posibilidades metafóricas y sensuales del arte.
Según la autora existen dos formas de ver el arte: como una colección de obras maestras, o como un proceso creativo que refleja la vida.
Para mí el Arte como ya dije anteriormente es aquello que un sujeto, desde su inevitable subjetividad, categoriza como artístico observando la proposición que tiene frente a él. Es pues el Arte no más que una acción volitiva y un movimiento de la conciencia. Arte es aquello que mediante una potencia el hombre considera un objeto como artístico. El arte se basa en proposiciones artísticas. Bien, y ¿qué es una proposición artística?. Exactamente lo mismo que cualquier otro tipo de proposición que utilice su propio metalenguaje, bien sea el caso de las matemáticas, la lógica y, en varias ocasiones, la propia literatura. ¿Buena o mala proposición? Igualmente una cuestión absurda: Una proposición no puede ser buena o mala, sino simplemente valorizada desde dentro, por la fidelidad y honestidad del medio con el concepto y la intencionalidad del sujeto.
Siguiendo con el ejemplo de las matemáticas, o usando la comparación de un proceso matemático, lo que ocurre en el Arte y su devenir es lo siguiente: Un matemático descubre (o crea, me es indiferente, bástame sólo con que sea un hallazgo en su conciencia) una nueva fórmula para resolver X cuestiones. Una vez conseguida, se dedica a escribirla y reescribirla con distintos colores, disfrutando única y exclusivamente por el hecho de haberla encontrado y reafirmarse constantemente escribiéndola con muchos colores sobre la pizarra. Bien, pues esto es lo que ocurre con cada una de las obras de, por ejemplo, el cubismo.
Se crea la nueva proposición artística llamada cubismo, que consiste en una particular y concreta visión de descomponer, deconstruir (para luego componerla y construirla) aquellos fenómenos visuales que se perciben. Esto, a secas, es la proposición del cubismo (resumida pésimamente). Con esto, basta para comprender tal proposición que, insisto, no figura nada del mundo aunque lo pretenda, si no que tan sólo se figura a sí misma. Todas las obras que se produjeron a raíz de tal proposición, este enunciado, no pasan de ser meras pajas, casi en el sentido literal del onanismo, de los artistas. Con una sola obra cubista que sea fiel a tal proposición es suficiente, las demás, como dije anteriormente con el ejemplo del matemático, que una vez hallada la fórmula, se contenta con reescribirla cien veces con colores distintos, cuando la fórmula dice siempre lo mismo. Esto convierte el acto creativo de la obra física en una pura perversión del enunciado, se pervierte en cuanto el enunciado deja de ser un soporte intelectual para pasar a ser una muestra de la técnica del artista y sus ganas de reafirmarse con su hallazgo. Con la fórmula basta, y con un ejemplo de la misma que nos muestre como funciona, también. Todo lo demás es, en este sentido no referido al onanismo, paja (relleno).
"EL FIN DEL ARTE" Arthur Danto
Haciendo uso de la postura hegeliana, la cual (en rasgos generales) nos habla fundamentalmente de que el arte es un medio epistemológico, de conocimiento, en el que se revela el grado de evolución del espíritu (un espíritu universal, monista, el todo), y que cuando ya se degrada y llega a su fin. Dando con ello comienzo a la filosofía que es el conocimiento definitivo.
Una de las cuestiones que plantea Danto es la dirección histórica del arte, sobre la progresion que este ha tenido a lo largo de la historia planteando si el arte actualmente ha perdido toda dirección histórica, preguntándose si se trata de un fenómeno temporal, o si esta condición desectructurada es su futuro. Nos habla de una entropía cultural. Pues bien, lo que no se plantea Danto es que a lo mejor no es el arte (en el supuesto de que sea así) el que ha perdido dicha dirección, sino mas bien nuestra vida, nos encontramos en un ciclo vital de la incoherencia, cuya única característica unificadora es la difusión de culturas. El arte nos habla siempre de su contexto, de su contexto histórico y actualmente la historia del arte habla de lo que nos esta ocurriendo en este momento.
Otra cuestión seria ese aburrido y repetitivo tema de la evolución perceptiva. Dando una mayor relevancia a la parte técnica del arte, cuando ya Rudolf Arnheim nos hablo y bien hablado en su día de ella. El arte seguirá evolucionando a nivel técnico ya que la tecnología continuamente nos ofrecen sus nuevos sistemas y avances. De este modo, como muy bien dijo Spengler: “en el futuro habrá arte, pero no será nuestro arte”.
Estoy de acuerdo cuando se plantea el hecho de que los artistas expresen sentimientos no deje de ser más que un hecho, y no puede ser la esencia del arte si el arte tiene una historia del tipo que se deduce cuando nos preguntamos sobre su fin. Pero el expresar sentimientos estos figuran en dichas representaciones. La inconmensurabilidad en que una cada cosa le sucede a otra.
Se trata de relativizar, de un suponer constante, pues a lo largo de la historia siempre ha sido así. El ser humano necesita cuestionarse este tipo de planteamientos ya que con sus reflexiones construían nuevas representaciones.
El critico de arte nos da una vuelta al ruedo mientras se dedica a hacer “ganchillo” con todo un entramado, de citas, ejemplos, referencias a autores...etc, toda esa espesura cargada de sensacionalismo intelectual no es mas que un acto puro de onanista. Todo ello no es mas que atrezo para su tesis, eso si, con buenos ejemplos. Pero “al fin” de su discurso nos da el placer de leer lo que desde un principio queríamos oír.
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