Con el título “Reflexiones sobre arte, cultura y tecnología” encontramos un apartado con el discurso de María del Corral “El arte de fin de siglo”.
Todo el recorrido que nos hace la autora abarca desde los años ochenta hasta la actualidad recorriendo todo el movimiento artístico y cultural en Estados Unidos y Europa.
La temática cultural se sirve de las implicaciones filosóficas de la tecnología del final del siglo XX, el capitalismo y la sociedad de consumo, el feminismo y el papel creciente que los medios de comunicación, facsímiles, duplicados y réplicas desempeñan en el entorno socio-cultural del momento.
Un arte que nos hablaba acerca de sus relaciones personales y de sus mundos personales. Un retorno a lo "figurable", una recuperación de todo lo que es posible representar mediante signos reconocibles o incluso abstractos.
En el contexto americano se instaura una nueva forma de pensar la realidad. Es la manipulación de las imágenes de la cultura de masas ocultando ideologías. El pueblo norte americano sufre el ataque de los mass-media, la estrategia llevada a cabo por el publicista, periodista e inventor de la teoría de relaciones públicas Edward Bernays (sobrino de Sigmund Freud), cuyo conocimiento e interés por estudiar la fuerza de la opinión pública le llevó a emplear la teoría del inconsciente que su tío había descubierto. Bernays empleó dicha teoría para introducir en el inconsciente de la sociedad una necesidad impulsiva por consumir objetos o elementos totalmente innecesarios, simplemente por un acto de placer.
Es instaurada así una nueva forma de pensar la realidad. Manipulando las imágenes de la cultura de masas ocultando ideologías. Norteamérica se centra en el sentido del arte en la era del consumo de los media, la representación en este arte. Una realidad que nosotros pretendemos introducir e imitar en nuestras propias vidas.
El arte es todavía capaz de producir un potente grupo de imágenes y narraciones que intentan representar la realidad. Incorporan en sus obras símbolos, eslóganes y estereotipos que proponen preguntas acerca del contexto social en el que palabras e imágenes actúan y nos manipulan.
Es por tanto el arte un lenguaje que nos habla de si mismo, autodefiniéndose y comunicando una visión particular y siempre subjetiva frente a los fenómenos que ese sujeto percibe, los cuales siguen siendo totalmente subjetivos; de aquí que la realidad y la obra de arte se asemejen en que son eminentemente tautológicas, autoafirmativas, autoesclarecientes, y que no necesitan de un lenguaje externo para ser definidas pues la propia proposición artística es la definición de sí misma.
Según María del Corral en el contexto europeo las obras de arte aluden a una tercera opinión, diferente del enfrentamiento equilibrado de emoción y razón, a un nuevo materialismo que cura la mente y el cuerpo divididos y que ve la mente y el espíritu como esenciales e indivisibles cualidades de la materia.
El uso de la fotografía y demás tecnologías sucumbieron un gran progreso como uso de nuevos lenguajes con los que contar.
Se apela a una necesaria objetividad, afirma asimismo la estabilidad de la forma cuadro, es decir, han recentrado (para entendernos) el trabajo fotográfico sobre la construcción de un "cuadro".
Post-modernidad estado intermedio de conciencia que constituye la transición entre el antiguo y nuevo modelo de realidad que estamos construyendo.
Para mí el término Post-moderno es la prueba fallida de haber intentado definir que es la modernidad.
Comienza aquí una lucha entre objeto y significado. Los artistas de los ochenta, creadores de “objetos postmodernos”, han tratado con gran desenvoltura e ironía el arte y la historia. Se trata de un nuevo modo de comprender el arte. Sus reflexiones no pretenden ser conocimientos sino actividades, formas de comportamiento, modos de la experiencia. Un tipo de pensamiento provisional que abrazaba la contradicción y evita toda racionalidad totalitaria.
La tecnología como una fuente de la que nacen nuevos sistemas con los que poder comunicar. Aparece así la imagen digital como nuevo método de representación de la realidad. Una nueva percepción de la realidad. Una realidad donde reina la incoherencia y el caos cultural. Con un sistema que o ideología general de pensamiento dominante y todo entredicho. Aparecen así nuevos cambios tecnológicos, políticos y sociales. Las nuevas tendencias sociales y científicas convergen en la formalización de una nueva concepción del yo, una nueva construcción de lo que significa ser un ser humano. Una nueva organización de la personalidad están en desarrollo.
Según Tony Cragg: “si queréis cambiar el mundo, cambiar la imagen del mundo”.
En los siglos XIX y XX surgieron dos grandes cuestiones. En el siglo XIX se cuestionó que era la belleza y en el XX que es el arte y quien es el artista. El arte del siglo XX está enmarañado de una compleja red de fuerzas dinámicas, realidades virtuales, globalización, saturación de los medios masivos, autopistas de la información, asilamiento social, representación digital.
¿Pero que está sucediendo con el arte del siglo XXI? ¿A dónde nos conduce?
Se trata de hacer un arte que tenga sentido en este nuevo contexto. Hablamos de un arte interdisciplinar, donde la obra de arte ya no está necesariamente ligada al objeto, las nuevas tecnologías nos han proporcionado nuevas formas de representación y apropiación. La obras se toman como reflexiones conceptuales; en este sentido, su apariencia visual adquiere, cada vez más frecuentemente, un sentido procesual y fragmentario.
El interés de volver a definir todo lo inmediato, lo que nos rodea, a partir de la propia experiencia, de la propia piel; la identidad frente al multiculturalismo; la innecesaridad de trabajar en un solo medio; la opción de cambiar de acuerdo con el proyecto que se tiene entre manos, multiplicando así las posibilidades metafóricas y sensuales del arte.
Según la autora existen dos formas de ver el arte: como una colección de obras maestras, o como un proceso creativo que refleja la vida.
Para mí el Arte como ya dije anteriormente es aquello que un sujeto, desde su inevitable subjetividad, categoriza como artístico observando la proposición que tiene frente a él. Es pues el Arte no más que una acción volitiva y un movimiento de la conciencia. Arte es aquello que mediante una potencia el hombre considera un objeto como artístico. El arte se basa en proposiciones artísticas. Bien, y ¿qué es una proposición artística?. Exactamente lo mismo que cualquier otro tipo de proposición que utilice su propio metalenguaje, bien sea el caso de las matemáticas, la lógica y, en varias ocasiones, la propia literatura. ¿Buena o mala proposición? Igualmente una cuestión absurda: Una proposición no puede ser buena o mala, sino simplemente valorizada desde dentro, por la fidelidad y honestidad del medio con el concepto y la intencionalidad del sujeto.
Siguiendo con el ejemplo de las matemáticas, o usando la comparación de un proceso matemático, lo que ocurre en el Arte y su devenir es lo siguiente: Un matemático descubre (o crea, me es indiferente, bástame sólo con que sea un hallazgo en su conciencia) una nueva fórmula para resolver X cuestiones. Una vez conseguida, se dedica a escribirla y reescribirla con distintos colores, disfrutando única y exclusivamente por el hecho de haberla encontrado y reafirmarse constantemente escribiéndola con muchos colores sobre la pizarra. Bien, pues esto es lo que ocurre con cada una de las obras de, por ejemplo, el cubismo.
Se crea la nueva proposición artística llamada cubismo, que consiste en una particular y concreta visión de descomponer, deconstruir (para luego componerla y construirla) aquellos fenómenos visuales que se perciben. Esto, a secas, es la proposición del cubismo (resumida pésimamente). Con esto, basta para comprender tal proposición que, insisto, no figura nada del mundo aunque lo pretenda, si no que tan sólo se figura a sí misma. Todas las obras que se produjeron a raíz de tal proposición, este enunciado, no pasan de ser meras pajas, casi en el sentido literal del onanismo, de los artistas. Con una sola obra cubista que sea fiel a tal proposición es suficiente, las demás, como dije anteriormente con el ejemplo del matemático, que una vez hallada la fórmula, se contenta con reescribirla cien veces con colores distintos, cuando la fórmula dice siempre lo mismo. Esto convierte el acto creativo de la obra física en una pura perversión del enunciado, se pervierte en cuanto el enunciado deja de ser un soporte intelectual para pasar a ser una muestra de la técnica del artista y sus ganas de reafirmarse con su hallazgo. Con la fórmula basta, y con un ejemplo de la misma que nos muestre como funciona, también. Todo lo demás es, en este sentido no referido al onanismo, paja (relleno).